viernes, 5 de julio de 2013

Relato 15: Como cambian las cosas.

''- Anna, ¿lo llevas todo?
- Que si pesado
- ¿Segura? Mira que como se te olvide algo no podemos volver...
- Dani por favor relájate, lo llevo todo, y si se me olvida algo no pasa nada, lo más importante lo llevo
- ¿Y qué es lo más importante? -se me acerca con su sonrisa de medio lado, totalmente irresistible, me agarra por la cintura y apoyo las manos en su tripa, le miro a los ojos-
- Tú, tú eres lo único que necesito llevarme a cualquier parte... 

Sonrío y le beso tiernamente, mordiendo su labio suavemente al separarme, él se limita a cerrar sus labios sobre los míos y a seguir sonriendo. Le acaricio la cara y me deshago de sus brazos para poder seguir preparando las maletas. Cuando está todo listo las metemos en el coche, nos subimos y ponemos rumbo al aeropuerto, algo me dice que este viaje va a ser inolvidable, el mejor viaje de mi vida, no es el primero que hacemos, pero si el más lejos, me dijo que le gustaría perderse conmigo donde no hayamos estado nunca, y eso vamos a hacer, nos vamos a Australia, a perdernos juntos, a buscar rincones para demostrarnos nuestro amor en otro sitio, a dejar la tierra marcada por nuestra historia. 

Al fin, sentados en el avión, no haremos escala, este viaje se me va a hacer muy largo, pero con él a mi lado al menos estaré entretenida. Me apoyo en su hombro, estiro la mano y juego con su anillo, hace solo una semana que lo lleva, hace solo una semana que estamos casados, y si, nuestra luna de miel es esta. Estoy muy nerviosa, cuando empezamos a salir, una mañana tras una desenfrenada noche de hacer el amor me dijo que cuando nos casáramos, en nuestra luna de miel iba a dejarme embarazada, es lo típico que dices por decir pero que a la otra persona se le queda grabado porque no sabe si lo dices en serio o no, pero yo me acuerdo, y me acuerdo muy bien.

- ¿En que piensas? - noto su mano acariciando mi pelo, sonrío acomodándome más contra su pecho-
- En algo que me dijiste hace tiempo, no se si te acordarás...
- Pues dímelo y te lo digo
- Una mañana me dijiste que en nuestra luna de miel querías dejarme embarazada, ¿ibas en serio?
- ¿Cuándo fue eso? La verdad es que no me acuerdo, pero si quieres...
- No, no es que quiera... Que si que quiero, pero aun no, quiero ver como nos va ahora que nos hemos casado y eso...
- Yo cuando tú quieras amor, no quiero meterte prisa, cuando quieras darme un hijo aquí estoy
- De acuerdo...

Cierro los ojos y me quedo dormida.''

Como cambian las cosas, esto fue hace solo hace nueve meses, y ahora, aquí estoy, con mi preciosa niña entre los brazos, Dani dormido en el típico sillón de hospital y la peque agarrándome un dedo, mañana me dan el alta y nos vamos a casa, al final si que lo cumplió, me dejó embarazada en nuestra luna de miel, cuando me enteré pasé un poco de miedo, no sabía como reaccionaría él al no haberlo planeado, pero me cuidó como si yo fuera su mundo entero, aun que bueno, creo que lo soy, igual que él lo es para mi, bueno, él y ahora también Lucía, nuestra hija.



Relato dedicado a mi penasia, Lucía, 84.

miércoles, 3 de julio de 2013

Relato 14: Amor de bares.

Me mira, le miro, sonrío, sonríe, y así un buen rato, no le conozco, no se su nombre, hemos coincidido unas cuantas veces en este primer mes de verano en el bar donde vengo a tomar algo con mis amigas, al principio creía que miraba a todas mis amigas, pero empezó a guiñarme, a sonreírme de una forma muy sexy, cuando ninguna de mis amigas miraba, yo le devolvía la sonrisa, eso si, mucho más tímida, siempre he sido muy cortada con todas estas cosas, pero él tiene algo, aún no hemos hablado, pero tengo muchas ganas de hacerlo. Siempre va con sus camisetas de dibujos o con sus camisas de cuadros, unos vaqueros y sus converse, casi siempre grises o negras, pero de vez en cuando a conjunto con la camiseta, el pelo revuelto, como si fuese un niño, el pendiente en la oreja izquierda, y por último, esa barba tan sexy de tres días, tiene una sonrisa completamente irresistible, y unos labios... Que labios... Me muerdo el mio, pensando por un momento en probarlos, en saborearlos entre los míos, lentamente, dulcemente, mientras acaricio el corto pelo de su nuca, se relame, suspiro, me imagino su barba áspera, pero a la vez suave, rozando mis labios, haciéndome cosquillas, sus manos rodeando mi cintura para que no me separe nunca de él.

Tras un rato de soñar despierta mis amigas deciden irse, pero él sigue ahí, hablando tranquilo con sus amigos, no parece tener ninguna prisa en irse, se ríe despreocupado, asi que digo a mis amigas que me quedaré un rato más, que no me apetece salir hoy por ahí. Me pido otra cerveza y sigo mirándole, completamente absorta en sus ojos marrones verdosos, se ven preciosos con las luces que hay encima de la barra, brillantes, claros, traviesos, dulces, pícaros, graciosos... Y todo eso con solo mirarle a los ojos, cuando quiero darme cuenta, esos preciosos ojos se fijan en los míos, noto como todo el calor de mi cuerpo sube a mis mejillas, aprieto con fuerza el vaso, aprieto los dientes, el corazón me late con fuerza y ya no se si sigo respirando. Deja su vaso en la barra, se coloca el cuello de la camisa y se levanta en dirección a donde me encuentro, bien, ahora si que no respiro, Anna por favor tranquila, no es el primer chico que se te acerca... Pero si el más guapo... ¿O no? Dios, creo que si me levanto ahora mismo no sería capaz de mantenerme en pie, lo peor es que no puedo dejar de mirarle, algo me lo impide. Se sienta en una silla a mi lado, sin si quiera preguntar si esta ocupada.

-Me llamo Dani

Y sonríe, más cerca de mi que nunca, ¡que cara tiene! ¡acercarse así como si nada!, pero me encanta, me derrite, me siento como si tirases un cubito en la arena de la playa a medio día, yo soy el cubito, y él obviamente la arena. Me da dos besos, noto su barba, es mucho más suave de lo que imaginaba, aun no articulo palabra alguna, pero se que aquí ha empezado algo, algo muy grande, algo, que sin duda alguna, es un amor de esos que solo se encuentran en los bares, es mi amor de bar, va a estar bien conocer a... Dani.

Relato 13: Grabar mis labios en tu piel

La cerveza corre por mi garganta, la miro a los ojos y me sonríe, está preciosa, radiante, le brillan los ojos al mirarme, entrelaza sus dedos al rededor del vaso de zumo y se ruboriza sonriéndome tímidamente, es nuestra primera cita, a penas intercambiamos palabras, con mirarnos nos basta, dejo mi vaso en la mesa, me relamo, limpiando la espuma de la cerveza de mis labios, me dejo caer en el respaldo de la silla, pongo una mano en su muslo, noto como se pone tensa, aprieto la mano y la acaricio para que esté tranquila, pero consigo todo lo contrario, se pone tan nerviosa que ni si quiera me mira, juguetea con sus dedos, mira a la mesa, me acerco a ella hasta colocarme a su lado, su dulce olor corporal llega hasta mi nariz y cierro los ojos respirando despacio, disfrutando, muevo mi mano por detrás de su espalda, acerco mi boca a su oído y apoyo la barbilla en su hombro.

-Se te va a calentar el zumo...

Le hablo en susurros, provocando una reacción en su piel inevitable, noto como se eriza, la oigo suspirar y muerdo su oreja, la acerco a mi tirando de su cintura, da un trago al zumo, como haciéndome caso, acabándoselo. Sonrío satisfecho y acaricio su tripa.

-¿Sabes qué? Estoy deseando grabar mis labios en tu piel, y voy a empezar ahora mismo

Apoyo mis labios sobre su cuello, saboreando su piel, pido la cuenta al separarme y salimos de ahí, vamos andando y me engancho a su cintura volviendo a besar su cuello, andamos así, agarrados, entre risas, apoya sus manos sobre las mías y así llegamos a su casa, la digo que se porte bien y que a partir de mañana me tendrá para ella sola, es mi última actuación antes del parón veraniego.

-Adiós pequeña, el domingo te veo ¿vale?
-Vale, adiós, te quiero
-Y yo a ti

La beso dulcemente pegándola a mi cuerpo y me separo sonriendo, le acaricio la cara, lo del bar iba en serio, quiero grabar mis labios en su piel cada día, hasta que no pueda vivir sin ellos.

martes, 2 de julio de 2013

Relato 12: Verano sin ti...

''...Quiero pensar, que en la vida todo pasa...''
Dani Martín suena en mi iPod, inundando mi cabeza con recuerdos bonitos, mientras mis dedos se hunden en la fría arena, es de noche, oigo la olas contra el mar, suaves pero furiosas al mismo tiempo, rompen contra mis pies y me provocan escalofríos, suspiro.
''...No se si pensar, que eres la suerte que cuida mi camino...''
Él era la suerte de mi vida, hace ya un año que le perdí, en esta misma playa, me dijo que se iba para siempre, que no podíamos seguir juntos, que necesitaba distanciarse, que tenía miedo a enamorarse de mi, y que no quería que yo me enamorase de él, demasiado tarde Daniel, ¿no crees? ¿no notaste que cuando te miraba eras lo único que existía para mi? Estabas ciego Daniel, ciego.
''...Tú tienes miedo a vivir...''
Miedo a vivir sin ti, aún me cuesta asimilar todo esto, nunca me imaginé así, sola, sin él. Encuentro una piedra entre la arena, plana y redonda, la lanzo contra el agua y tras tres ondas se hunde en el agua, ojalá yo pudiera desaparecer con esa facilidad, simplemente metiéndome bajo el agua... Miro hacia los lados, ni rastro de nadie, me levanto y me voy deshaciendo de mi ropa, vestido, sujetador, zapatos, bragas... Me quedo completamente desnuda, meto los pies en el agua, ahora ya más calmada, la luna refleja contra el mar y contra mi cuerpo, iluminando mi silueta desnuda, hago las manos un puño, está muy fría, aun así me lanzo de cabeza, deseando poder perderme como la pequeña piedra, pero cuando vuelvo a abrir lo único que ha desaparecido ha sido mi cuerpo bajo el agua, vuelvo a hundirme bajo el agua y echo todo mi pelo hacia atrás, cierro los ojos y me relajo, alcanzo a oír los coches por la general, niños desde los balcones jugando, imagino sus manos rodeando mi cintura, acariciando mi tripa, dándome suaves besos por el cuello, haciéndome estremecer, provocando que entre en calor a pesar de lo fría que está el agua, noto las lágrimas deslizándose por mi cara, un año después y aun no lo he superado, ¿habría otra? ¿ya no me quería? Se fue sin darme una explicación coherente, se fue sin más, dejándome sola, dejando un hueco en mi cama, en nuestra cama. Abro los ojos y me los froto, no quiero llorar más, por mucho que le necesite y le eche de menos, miro a la orilla, hay una silueta observándome, noto como mis mejillas arden, se parece mucho, pero no, no puede ser. Se me acelera el corazón, dejo la mirada fija en él, consigo reaccionar y vuelvo a frotarme los ojos confiada en que va a desaparecer, pero no es así, permanece quieto, mirándome fijamente, salgo despacio del agua, avergonzada. Me acerco a la silueta, completamente desnuda, mojada, empapada.

-Te vas a resfriar

Su voz me atraviesa el pecho como una flecha, las lágrimas vuelven, ¿como sabía que estaba aquí? ¿Por qué ha venido? No entiendo nada, después de tanto tiempo. No me da tiempo de que mi cabeza reaccione, antes lo hace mi cuerpo, que se abraza a él con fuerza, me pasa su chaqueta por la espalda y me abraza con la misma efusividad, me desarmo en mil pedazos entre sus brazos, me deshago en lágrimas que quedan adheridas a su camiseta.

-Sh... Ya está pequeña, no llores más...

Me aprieto más fuerte contra él, se sienta y me sienta en su regazo, noto el calor de su cuerpo, pensé que nunca más volvería a abrazarle. Ahora me falta entender el motivo de todo esto, el motivo por el cual está aquí. Pasados unos minutos consigo dejar de llorar, le miro preguntándole con la mirada.

- Lo siento Anna, estaba equivocado, completamente equivocado, tenía miedo de aferrarme a ti, de necesitarte día a día, de echar de menos tus besos cada minuto separado de ti, pero es lo que me ha pasado, me ha llevado mucho tiempo darme cuenta, pero al fin lo he hecho, se que no querrás saber nada de mi, pero necesitaba decírtelo...

-Tienes razón, no quiero saber nada de ti, ¿sabes como me he sentido durante todo este año? Eres un imbécil

Me levanto enfadada, es cierto que le necesito y quiero estar con él, pero no puede arreglar el daño con cuatro palabras bonitas, como si fuese el único que lo ha pasado mal, recojo mi ropa y ando por la playa alejándome de él.

-¡Anna! -me quedo parada- ¡Te llevas mi chaqueta!

Oigo sus pasos y cuando está detrás de mi me giro de golpe y beso sus labios con efusividad, a la mierda todo, esto es lo que quiero, y esta vez nada va a evitarlo.

lunes, 15 de abril de 2013

IMPORTANTE.

Esta entrada es simplemente para que me digáis por un comentario si queréis que os avise por twitter cuando suba relato :) Dejadme twitter en un comentario y os avisaré! Besis.

jueves, 4 de abril de 2013

Relato 11: Desayuno y sexo

Abro los ojos y la veo, dormida sobre mi pecho, completamente desnuda, sonriendo, bajo la fina sábana que nos cubre, dejando su espalda al descubierto, la acaricio muy despacio, haciendo dibujos con las yemas de los dedos, noto como se retuerce encima mia, econdiendose en mi cuello, quejandose, yo me rio y la abrazo fuerte contra mi, notando cada centimetro de su piel sobre la mia, le doy un beso en el pelo.
- Princesa... Buenos días
La oigo gruñir, seguidamente se mueve y se esconde mas, parece una niña pequeña, me encanta, me tiene loco, estoy deseando que se espabile y preguntarle que tal lo de anoche, a mi me encantó, nunca había disfrutado tanto teniendo sexo, pero claro, siendo ella... Anoche estuvo increible, como se movia, sus gemidos, su cuerpo sudado... Suspiro, solo recordarlo y ya tengo ganas de hacerla mia otra vez.
-Venga vaga, despierta.
-Mmm... ¿Que hora es?
-Hora se levantarse, que tienes que ir a trabajar
-Jope... Yo quiero quedarme aqui contigo...-levanta la cabeza y se acerca a mi oido- y repetir lo de anoche...
No la veo pero se que esta roja como un tomate, se esconde corriendo en mi cuello otra vez, riendose con timidez, y yo sonrio. La pego mas a mi.
-Ten cuidado con lo que pides porque a lo mejor llegas tarde a trabajar
Cuelo una de mis piernas entre las suyas y noto la humedad de su sexo, no me puedo creer que este asi nada mas levantarse, aunque yo tampoco me quedo atras.
-¿Y si quiero arriesgarme a llegar tarde?
-Pues...-la sujeto por la cintura, tiro de ella y la siento encima mia- puede que llegues tarde...
Se sienta recta, erguida sobre la parte mas baja de mi tripa, me remuevo debajo de ella, no es ahi donde que se siente. Su postura me permite una vision total y plena de su desnudez, prococandome un cosquilleo por el pubis que me llega hasta la punta de mi miembro. Me echo un poco hacia adelante y beso uno de sus pechos, ella responde con un suspiro.
-¿Te gusto lo de anoche? -me pregunta en un susurro-.
-¿Tu que crees? Estuviste increible...
-Pero si hiciste tu todo el trabajo -la veo sonrojarse y mira hacia abajo, me rio-
-Da igual, estuviste muy bien... Aun que si segun tu lo hico yo todo... Hazlo tu ahora, ¿no?
-¿Que? No se Dani... -la veo que se muerde el labio y sonrio lascivo, me excita que haga eso- nunca he estado yo encima... Ni he hecho lo que tu me hiciste anoche -se echa hacia adelante y se esconde en mi cuello, yo me rio-.
-Tranquila... Anna yo no me voy a reir ni nada parecido... Ademas no te voy a pedir que me hagas lo que yo anoche, se que no estas acostumbrada a jugar antes de...eso
-Dame un poco de tiempo, necesito mentalizarme
-No pienses, solo hazlo pequeña
- ¿Desayunamos primero?
-Como quieras, pero ya que estas en mi casa, quedate aqui que ahora te lo traigo
-¿De verdad? Jo, eres un amor... Te quiero -antes de dejarme contestar me besa- mucho mucho mucho
-Y yo a ti mi rubia
Se baja de encima mia y tras volver a besarme busco mis boxers y cuando al fin los encuentro me los pongo y me levanto. La miro, ojos brillantes, sonrisa en los labios, me mira, sonrio, se revuelve entre las sabanas gruñendo, no he visto mujer mas vaga en toda mi vida.
-¿Vas a quedarte ahi todo el dia? -asiente mordiendose el labio- no tienes remedio Anna Simon
-Lo se, pero me quieres
-No sabes cuanto
Me voy a la cocina sonriendo, esta mujer es increible, es perfecta y es toda mia, aun no me lo creo, nunca la imagine enamorada de un tonto como yo. Hago el desayuno, tostadas, cafe para ella y colca-cao para mi, lo pongo en una bandeja y lo llevo a la habitacion, cuando llego esta sentada en la cama apoyada en la pared y con mi camiseta puesta. Sonrio y le dejo el desayuno delante junto a un beso en los labios.
-Que pinta...
-Espero que te guste
-Seguro que si
-Anda come
-Pesado
Se rie y empieza con las tostadas, yo me siento delante suya y empiezo tambien a desayunar
-Jolin estan buenisimas, ¿donde compras el pan?
-Ah, secreto
-Jo, dimelo
-No, que asi vienes siempre a desayunar a mi casa
-No eres listo tu ni nada ¿eh?
-Hombre, cuando quiero pienso un.poco -rio-
-Ya se ve ya, pero sigues siendo mi tontito
-Eso espero, y quiero serlo siempre
-Lo vas a ser siempre pequeño
-Oh, que melosa estas
-Es que me gusta que me traigas el desayuno a la cama, me enamoras mas -se echa hacia adelante y me besa con dulzura-
-Nunca habia imaginado eso de ser el novio de Anna Simon
-Ni yo ser la novia de Dani Martínez
-La de vueltas que da la vida ¿eh?
-Para que veas... Espero que en este sentidi no de mas vueltas
-Ni yo, porque quiero pasar el resto de mi vida contigo
-¡Ay! ¡Pero que bonito eres!
Sonrio y ella se tira encima mia apartando a un lado la bandeja, me da besos por toda la cara y yo me rio, la agarro por la cintura y la siento encima mia. Me echo hacia atras sonriendo, apoyandome en la cama, desde aqui se la ve perfecta, preciosa, bueno desde aqui y desde todos lados, le acaricio los costados.
-¿Puedo desnudarte? -le pregunto-
-¿Que? Bueni... Yo... No se Dani... -veo como se pone roja y sonrio, me encanta cuando se pone asi- Me da verguenza... -se muerde el labio-
-Vamos dejame disfrutar un poquito de ti
-¿Un poquito solo?
-Bueno vale, mucho -me rio y ella conmigo-
-Ya decia yo, aish... En serio me da mucha vergüenza cariño
-Relajate anda, disfruta solamente
No me dice nada, se queda mirandome y sonriendo, me tomo eso como una especie de permiso y comienzo a hacer desaparecer su ropa como si fuera un mago. Pronto estamos unidos, la abrazo contra mi cuerpo mientras lo hacemos, no quiero que este incomoda porque la miro, lo unico que se es que es increible, mejor que la noche anterior, de cine, quiero repetir esto cada dia de mi vida. Y se lo hago saber cuando ambos llegamos al climax, quedando rendidos...

jueves, 28 de marzo de 2013

Relato 10: ¿Magia? No, amor.

Una, dos, tres, cuatro, cinco... Una detrás de otra caen las gotas de suero para mantenerla con vida, yo, sentado en una de esas incómodas sillas blancas de hospital, mañana la llevan a casa, no pueden tener tanto tiempo la habitación ocupada, suspiro y la miro, tiene los ojos cerrados, respira despacio, está muy pálida, lleva así dos semanas, en coma, han dicho que es posible que no despierte, pero yo se que ella es fuerte, y va a salir adelante, por mi y por nuestra hija, si, tenemos una hija, tiene apenas dos semanas, es preciosa, rubia como ella y con los ojos verdes. Cuando nació fue cuando mi ángel rubio entró en coma, a causa de una emorragia, ahora está estable. Joder, estábamos genial y no tuvo complicaciones en todo el embarazo.
Alguien interrumpe mis pensamientos llamando a la puerta, entra una enfermera con la enana, se la habían llevado a bañarla, la deja a mi lado, fuerzo una sonrisa a la enfermera, que en seguida se va, sin apenas hacer ruido al cerrar, me levanto, estiro los brazos, llevo casi dos horas sentado, miro a mi ángel, aún no me acostumbro a verla ahí, le acaricio la cara y le dejo un beso en la frente.
Me acerco a la ventana, miro afuera, el cielo está encapotado y el ambiente es húmedo, abro y asomo la cabeza, huele a lluvia y a barro fresco, me encanta ese olor, me recuerda mucho a ella, siempre que llovía salíamos a la calle, a la aventura, sin paraguas, refugiándonos bajo los árboles de los parques o los toldos que cubren los pequeños comercios de Madrid. Algunas veces acabábamos metidos en el cine, viendo cualquier película, bueno, viendo no, dándonos mimos y haciendo el tonto, otras veces íbamos a comer churros con chocolate, y otras volvíamos a casa para hacer el amor hasta que no pudiéramos más.
Cierro la ventana, me asomo a la cunita, la enana está despierta, se revuelve un poco y la cojo, aun me tiemblan los brazos al cogerla, me da miedo que se me caiga, me siento en el borde de la cama, vuelve a entrar la enfermera con un biberón, me lo da y me siento en un sillón más cómodo, le pongo el biberón en la boca, no lo quiere.
- Vamos, come, por mami
- ¿Qué le pasa? -entra Cris en la habitación-.
- No quiere comer
- Prueba a inclinar un poco más el biberón -lo hago y empieza a comer-.
- Gracias...
- De nada, ¿quieres salir esta tarde?
- Ya sabes que no voy a dejarlas solas
- Están las enfermeras, llevas dos semanas sin salir
- Me da igual, le prometí que nunca me separaría de ella y pieso cumplirlo
- Como quieras, me pasaré luego a hacerte compañía, adiós...
- Adiós
Se va, dejando de nuevo la habitación en calma. Cuando la pequeña termina el biberón la duermo y la meto en la cunita, me acerco a Anna, le agarro la mano y cierro los ojos apoyándome en el borde de la cama.
- Mi princesa... Necesito que te despiertes, no puedo cuidar de Lucía yo solo, te necesito aquí conmigo, por favor...
Le doy un beso en la mano y suspiro, abro los ojos y la miro, entonces noto como me aprieta la mano, se me acelera el corazón y vuelvo a ver sus preciosos ojos azules abiertos...


Siento que sea flojillo. Pero es mejor que nada ¿no? Ya sabeis. El final lo dejo a vuestra imaginación :) Un besi.

martes, 12 de marzo de 2013

Relato 9: Parte 1

Los rayos de sol dan por todo mi cuerpo, al fin verano, como lo necesitaba. Estaba desesperada por unas buenas vacaciones, llevamos desde febrero sin parar con ''Así Nos Va'', y la verdad es que necesitaba un poco de tiempo con Dani, tenemos nuestra relación muy descuidada, entre que yo trabajo los días de semana y él tiene actuaciones casi todos los fines de semana apenas nos vemos, asi que hemos aprovechado las vacaciones de verano y hemos preparado las maletas para hacer una escapada romántica a las islas Seychelles.

Llegamos ayer por la noche, muy tarde, y nos fuimos directos a descansar a la cabaña que hemos alquilado en frente de una pequeña playa por la que no pasa nadie. Esta mañana hemos madrugado y nos hemos venido a la playa. Nos vamos a quedar aquí todo un mes, no hay cosa que más me apetezca que pasar todo el mes con mi chico. Últimamente está super cariñoso, detallista, romántico... A simple vista no lo parece, pero él es así, y cada día que pasa esto y más enamorada de él, cada momento que pasamos juntos tengo más claro que el es el hombre con el que quiero pasar el resto de mi vida.

Las gotas frías de agua salada del mar caen ligeras por mi tripa, haciéndome estremecer, sonrío como una idiota, abro los ojos cubiertos por las gafas de sol y le veo, de rodillas a mi lado, en la arena, se sacude el pelo a posta para mojarme, tiene una sonrisa radiante, una sonrisa de enamorado, como la mía, me encanta. Estira la mano y con el dedo índice me hace dibujos por la tripa, va muy despacio, me muerdo el labio, se que le gusta, me sonríe travieso y pasa por los bordes de mi bikini. Me encojo y le aparto la mano riéndome, se tira encima mía, está frío del agua y yo muy caliente de estar al sol, gran contraste que me hace estremecer y suspirar.
-Ay quita tonto.
-No, quiero disfrutar de mi novia al máximo.
-¿Por qué?
-Pues básicamente porque llevamos dos meses sin darnos amor
Es verdad, que vergüenza, se perfectamente a que se refiere, la verdad es que tiene razón, entre unas cosas y otras llevamos dos meses sin hacer el amor, y eso para él es un sacrificio, supongo que ha estado dándose placer solo, como yo claro. Pocas veces hemos dormido juntos estos últimos meses, y los días que lo hacíamos o él o yo estábamos demasiado cansados para hacer nada...
-Se que llevamos mucho tiempo sin sexo pero tampoco vamos a ponernos aquí en la playa...
-¿Por qué no? -se sienta encima mía- Estamos solos en esta playa tan increíble...
-Porque no es lugar... No voy a desnudarme en la playa
-Tranquila que no te tienes que desnudar -le miro extrañada- Ya te desnudo yo
-Que bobo eres... Estás muy salido tú ¿eh?
-No estoy salido, eres tú que te pones un bikini muy sexy
-Ahora encima será culpa mía, tendrás morro...
Me quito las gafas de sol, acostumbrándome a tanta luz, las dejo a un lado de la toalla, le miro, me está mirando los pechos, me río y le tapo los ojos con ambas manos, él también se ríe, me coge las manos por las muñecas y me las sujeta una a cada lado de la cabeza, trago saliva y me muerdo el labio inferior, se agacha hasta rozar mis labios con los suyos, y yo automáticamente cierro los ojos, suspirando ante el contacto. Entreabro la boca, esperando, ansiosa, le noto sonreír y echo la cabeza hacia adelante buscando sus labios, en vez de besarme se separa y yo jadeo, le gusta jugar conmigo, le gusta provocarme y luego no hacer nada, me desordena los sentidos y me desorienta. Abro los ojos, está a escasos centímetros.
-Te odio Daniel...
-Buen sabes tú que no
Veo que sonríe travieso, con picardía, me encanta, me remuevo debajo de él para provocarle, yo también quiero jugar, jugar con él, con su cuerpo... Se agacha otra vez y suspiro, creo que ahora si que va a besarme pero no, sigue bajando, hasta mi cuello, el cual me besa lentamente, me estremezco y emito un gemido prácticamente inaudible, pero él si lo oye, y tanto que lo oye, porque le oigo suspirar, se que se está excitando, sonrío satisfecha, me encanta que ambos nos sintamos tan bien juntos, creo que estas vacaciones van a ser inolvidables, gracias a él, a mi niño. Intento mover las manos, quiero tocarle, necesito enredar mis dedos en su pelo, necesito acariciarle la nuca apretándole contra mi cuerpo, para que pare de besarme nunca. Noto sus labios húmedos contra mi piel, arqueo la espalda y la piel se me pone de gallina, me muerdo el labio, sonrío y me retuerzo, me hace cosquillas con esa barba de tres días que lleva tan sexy, los músculos de mi vientre se tensan, estoy deseando que me suelte, o no, me gusta que me domine, aunque... también me gusta dominar a mi de vez en cuando, tal vez de aquí a un rato me ponga, cuando consiga el control de mi cuerpo otra vez, porque ahora mismo me está costando hasta saber como se respira. Le muerdo la oreja como puedo, él suspira pero no se separa de mi cuello, y yo estoy empezando a notar su erección contra mi tripa, lo que me provoca un gemido, le deseo, deseo que me haga suya, aquí, ahora...
-Dani... -suspiro y cierro las manos en un puño-.
-Si, dime, ¿qué quieres? -el muy mamón está deseando que le diga lo que quiero, no pienso hacerlo-.
-Ya... -me muevo debajo de él como puedo-.
-¿Ya qué?
-Ay Dani, lo sabes perfectamente
-No, si no me lo dices no lo se
-Daniel por favor... No me hagas decírtelo... -le oigo reír travieso-.
-De acuerdo...
Me sujeta las muñecas ahora solo con una mano y la otra va directa al enganche de mi sujetador, sin entretenerse en ninguna parte de mi cuerpo, abro los ojos, ha dejado de besarme el cuello y me está mirando, fijo mis ojos en los suyos, suplicándole placer, necesito que me haga suya, pero me está haciendo sufrir, supongo que lo merezco después de haberle hecho esperar tanto, dos meses es mucho tiempo, ya no solo para él, si no para mi también, no puedo esperar más, ya no quiero ir a la cabaña, quiero hacerlo aquí mismo, madre mía... Tras un rato peleándose con él consigue deshacerse de la parte de arriba de mi bikini, solo me suelta las muñecas para quitármelo del todo, me las vuelve a sujetar en seguida. Lleva la mano ahora al borde de la parte baja de mi bikini, agarra el elástico y poco a poco tira de él deslizándolo por mis piernas, en seguida estoy completamente desnuda, me observa fijamente haciendo que me sonroje, sabe que me da vergüenza que me vea desnuda. Noto su erección esta vez contra mi pubis, me muerdo el labio por no se cuantas veces ya es diez minutos, él se tumba y se cuela entre mis piernas, ahora se encarga de su bañador, que baja lentamente hasta hacerlo desaparecer, ahora le noto en plenitud, piel con piel, sexo con sexo, suspiro excitada, no puedo más, abro las piernas, estoy muy húmeda, me muevo debajo de él, frotándome, provocándole empezar a jadear en mi oído, me escondo en su cuello, suspiro profundamente y entonces le noto, al fin, penetrándome, gimo, cuanto tiempo sin sentir esto, me vuelve loca, sólo él sabe como hacerme disfrutar y como hacer que me sienta mujer. ''No lleva condón'', pienso, pero en cuanto empieza a coger ritmo con cada embestida deshecho ese pensamiento. Me olvido de todo, sólo pienso en nosotros, aquí, ahora, haciendo el amor, en esta playa, solos... Muevo mis caderas ayudándole, provocando más placer a ambos. Me retuerzo, tengo muy poca movilidad en los brazos y eso me excita, noto como succiona en mi cuello, quiere marcarme, intento decirle algo para que pare pero llego al clímax, y él me acompaña, nos corremos juntos, sudados. Se queda encima mía cuando ambos acabamos quitándome el pelo mojado en sudor de la cara. Tengo los ojos cerrados, noto como se levanta y a los pocos segundos está poniéndome el bikini, sonrío y me dejo hacer, me pone las gafas de sol y me echa bronceador, y tal como ha venido se va al agua otra vez. Abro los ojos y le veo alejarse, también se ha puesto el bañador. Suspiro viendo como se mete en el agua, tengo la tentación de ir con él pero me tiembla el cuerpo y apenas puedo moverme, asi que me entretengo mirándole y pensando...



Hasta aquí la primera parte, espero que os estén gustando todos los relatos, porque no hay cosa que me llene más que escribir, y ya si vosotros lo disfrutáis... :) Muchas gracias a los que leéis todo lo que escribo aquí. Un besazo.


Gracias Daniel.

Esta entrada es simplemente para darle las gracias a mis chicas, Lara, Tania, Zaira, Marta, Carmen, Elsa, Miriam, Natalia y sobre todo, a Daniel, por ese 9 de Marzo tan inolvidable.
















GRACIAS. A ver si repetimos pronto, os quiero :')


PD: Esta tarde primera parte de una relato muuuuuuuuy largo :)

lunes, 4 de marzo de 2013

Relato 8: Pedida.

- Anna, ya se que lo nuestro no está siendo fácil, pero estoy enamorado de ti y eso no lo va a cambiar nadie. Eres la razón por la que me levanto cada mañana, cuando sonríes...no se como explicarlo, me haces sentir bien, me das la vida. Tal vez hasta el momento no hemos tenido una relación muy normal, pero ahora que el trabajo no se interpone entre nosotros y no tenemos que escondernos de nada ni de nadie podríamos esforzarnos más, intentar que esto vuelva a ir bien, como al principio... A pesar de las circunstancias en las que estábamos tú nunca dudaste un solo segundo en apoyarme en todo, en ir donde yo estaba si te necesitaba, en ayudarme si tenía un problema, en cuidarme si estaba enfermo, o hacerme sonreír si estaba triste... O incluso la simple necesidad con rozar mis labios con los tuyos. Siempre me acordaré de todos los momentos que me regalas, las tardes de lluvia en mi casa viendo la tele, abrazados bajo una manta, los largos baños de espuma en tu baño que siempre finalizamos haciendo el amor, los paseos por el parque... Hay cosas que solo tú puedes darme, y espero que me las sigas dando el resto de mi vida, porque es lo único que necesito para vivir, porque sencillamente no sería capaz de vivir sin tus besos por las mañanas, tus tostadas quemadas, tus pies fríos al meternos en la cama por las noches, tus caricias en mi nuca, los mordiscos en mi oreja, conoces cada milímetro de mi cuerpo como si fuera el tuyo, siento felicidad, me siento lleno por dentro cuando estoy contigo, me has enseñado a vivir contigo, a vivir de ti... Nunca había sentido tantas cosas por una persona. Quiero llevarte a trabajar cada mañana, después recogerte y pasar la tarde juntos. Quiero que las próximas vacaciones hagamos una escapada romántica a alguna isla perdida del mundo, solos tú y yo, alejados de cualquier rastro de vida humana para poder hacerte el amor en la playa, a la luz de unas velas, sobre una toalla... Joder, que quiero que seas la madre de mis hijos, que te necesito, que solo necesito que me digas que quieres casarte conmigo -me quedo mirándole fijamente con lágrimas en los ojos, está loco- dime Anna Simon, ¿quieres casarte conmigo? -y se arrodilla, saca una cajita del bolsillo de su chaqueta nueva de vestir y la abre, mostrándome el anillo con el que acaba de pedirme la mano. Me tiro encima suya, rodeando su cuello-
-¡Si si si si y mil veces si Daniel!
Me levanta en el aire y me da vueltas riendo, está tan feliz como yo, no me puedo creer que me haya pedido que me case con él, es increíble, le amo con locura.

Relato 7: Llegando tarde a trabajar...

Abro los ojos y la veo, dormida sobre mi pecho, completamente desnuda, sonriendo. Bajo la fina sábana que nos cubre, destapando su espalda, la acaricio muy despacio, haciendo dibujos con las yemas de los dedos en su piel, noto como se retuerce encima mia, escondiéndose en mi cuello, quejándose, yo me río y la abrazo fuerte contra mi, notando cada centímetro de su piel sobre la mía, le doy un beso en el pelo.
- Princesa... Buenos días...
La oigo gruñir, seguidamente se mueve y se esconde más, parece una niña pequeña, me encanta, me tiene loco, estoy deseando que se espabile y preguntarle que tal lo de anoche, a mi me encantó, nunca había disfrutado tanto teniendo sexo, pero claro, siendo ella... Anoche estuvo increible, como se movía, sus gemidos, su cuerpo sudado... Suspiro, solo recordarlo y ya tengo ganas de hacerla mía otra vez.
- Venga va, despierta
- Mmm... ¿Que hora es?
- Hora de levantarse, que tienes que ir a trabajar
- Jope... Yo quiero quedarme aquí contigo... -levanta la cabeza y se acerca a mi oido- y repetir lo de anoche...
No la veo pero se que está roja como un tomate, se esconde corriendo en mi cuello otra vez, riéndose con timidez, y yo sonrío. La pego más a mi.
- Ten cuidado con lo que pides porque a lo mejor llegas tarde a trabajar...
Cuelo una de mis piernas entre las suyas y noto la humedad de su sexo, no me puedo creer que esté así nada más levantarse, aun que yo tampoco me quedo atrás.
-¿Y si quiero llegar tarde?
-Pues... -la sujeto por la cintura, tiro de ella y la siento encima mia- puede que lo consigas...
Se sienta recta, erguida, sobre la parte más baja de mi tripa, me remuevo debajo de ella, no es ahí donde quiero que se siente. Su postura me permite una visión total y plena de su desnudez, provocandome un cosquilleo por el pubis que me llega hasta la punta de mi miembro. Me echo un poco hacia adelante y beso uno de sus pechos, ella responde con un suspiro.
- ¿Te gustó lo de anoche? -me pregunta en un susurro-.
- ¿Tú que crees? Estuviste increible...
- Pero si hiciste tú todo el trabajo -la veo sonrojare y mirar hacia abajo, me río-
- Da igual, estuviste muy bien... Aun que si se según tú lo hice yo todo... Hazlo tú ahora ¿no?
- ¿Qué? Ay calla que verguenza -se agacha y me besa el cuello despacio-.
-¿Verguenza? Pero si ya te he visto todo lo que te tenia que ver...
- Pero me da cosa... Nunca me han pedido estar encima...
- Te lo pido yo ahora... Anda...
- Bueno... Pero no te rías...
- Tranquila...
La miro a los ojos, cojo su cara entre mis manos y la beso lentamente, una vez me he hecho dueño de su boca, mis manos se deslizan a sus anchas por el cuerpo de Anna, notando como se estremece, sonrío y juego con su lengua, la cojo por la cintura y la hago moverse, frotándose con mi tripa, cosa que a mi me pone y a ella la provoca humedecerse más, llevo una mano hasta su clítoris, empezando a estimularselo, cuando está muy húmeda la hago sentarse sobre mi erección, haciéndola mía, suspira y se mueve despacio encima mia. Hacemos el amor intensamente durante todo el tiempo que nos permite el cuerpo...

Os dejo a imaginar lo que sigue. Ponedlo en un comentario si quereis ;)

Relato 6: Embarazo.

Martes por la mañana, acabo de coger el avión para ir a Madrid desde Barcelona, he tenido un lunes bastante ocupado, estoy deseando que sea por la noche para llegar a casa y acostarme a dormir. Aun que el panorama que tengo allí no es muy bueno... Dani lleva varias semanas llegando tarde a casa, a veces borracho, él dice que es normal cuando sale con sus amigos, pero yo odio que vuelva así, y ya se lo he dicho, encima para un rato que tenemos para estar juntos al día coge y se larga, ultimamente me tiene abandonada, me da mucho de lado, creo que se ha enterado, creo que lo sabe, creo que sabe que estoy embarazada. Hoy voy a tener que hablar con él, tendré que decirle que va a ser padre... Tengo miedo. Mucho miedo. Ha estado muy violento días atrás, tengo miedo a que me haga daño...

Al fin aterrizo, me voy directa al plató, cojo el guión y me encierro en mi camerino. No quiero saber nada de nadie. Miro mi móvil al llegar, llevo tres días sin saber nada de él, no me devuelve las llamadas y me ha bloqueado en whatsapp. Me da por empezar a llorar, ya tardaba la verdad, es raro el día que no este así, y siempre por el mismo motivo, por él. Me duele la situación en la que estamos, sobre todo porque creo que yo a él no le importo nada y él para mi es... todo, absolutamente todo, a pesar de todo lo que me está haciendo no soy capaz de decir ''basta'', de decirle que hasta aquí, porque le necesito...

Acabo de salir del programa, no he querido pararme mucho con los fans porque me encuentro bastante mal, será el embarazo, bueno, eso y los nervios por llegar a casa y ver a Dani. Ya no se ni cómo va a reaccionar cuando me vea... Hay días que me da un beso, otros que con un seco ''hola'' se conforma, en fin, es lo que me toca si quiero estar con la persona de la que estoy enamorada, aun que él no sienta nada por mi. El amor es ciego dicen... Sumida en mis pensamientos cuando me quiero dar cuenta estoy en mi portón, miro los coches aparcados, y ahí, en la acera de en frente está su coche, suspiro y cruzo la puerta, subo por la escalera, así el camino se hace más largo y tardo más en llegar. Una vez en la puerta de casa saco las llaves y las introduzco en la cerradura, me lo pienso un par de veces antes de girarla, pero al fin lo hago, abro la puerta y dejo las cosas en la entrada. Camino con miedo por el pasillo, oigo la tele, NBA supongo, le veo tirado en el sofá.
-Hola... -le digo en un susurro-.
-Hola -me responde seco, joder-.
- ¿Podemos hablar?
- ¿No puedes esperar? Es un partido importante
- ¿Eh? Claro... Yo...
- Ve a hacer la cena, en cuanto termine la quiero en la mesa
¿Qué le pasa? Está peor que la semana pasada... Salgo del salón sin rechistar y me pongo a cocinar, lo primero que pillo, mientras pienso, en todo, en lo felices que éramos y en el infierno que se ha convertido nuestra relación, pero es que no puedo, no puedo dejarle, ya no porque tenga miedo de como pueda tomárselo, si no porque le necesito para seguir viviendo. Al cabo de un rato le veo entrar en la cocina, va en boxers, generalmente me hubiera alegrado de estar cocinando y recibir esta visita, pero que venga así solo puede significar que viene a echarme un polvo y a seguir viendo la NBA.
- Vamos a la cama -me dice-.
- Dani.. Estoy cocinando... Luego si eso... -le digo tragando saliva, temiendo su respuesta-.
- ¿Te he preguntado acaso? Te he dicho que a la cama
No digo nada, apago la placa y echo a andar hacia la habitación, una vez allí me desnudo, él también se desnuda, evita todo contacto físico conmigo hasta que no está entre mis piernas, encima de mi, en la cama, penetrándome, con violencia, con fuerza, hasta un punto que me duele, lo único que puedo hacer es llorar, hace mucho tiempo que no disfruto del sexo, a veces incluso me siento violada, y es que en verdad yo no quiero estar aquí y eso es lo que hace, pero yo como buena tonta enamorada me dejo, dejo que me haga todo lo que quiere y más. Cuando termina se va conforme ha venido, se pone los boxers y se vuelve al sofá, no sin antes recordarme que quiere la cena en la mesa. Yo me quedo acurrucada en la cama, me duele mucho la tripa, es un dolor insoportable, pero aun así me levanto y voy a la cocina, sigo con la cena, a pesar de que empiezo a marearme, pronto veo borroso...

Abro los ojos, no tengo ni idea de que me ha pasado, me duele mucho la cabeza, y la tripa, no puedo moverme a penas, noto que tengo una vía en la muñeca, la vista empieza a acostumbrarse a la luz y al girar la cabeza veo a Dani en una silla, llorando, me parte el alma verle así, pero también me extraña, nunca se había puesto así por nada...
-Dani... -apenas me sale la voz-.
- ¡Anna! -se levanta rápido, llama a un enfermera y se acerca a mí- Lo siento mucho perdóname por favor... -llora más que antes-.
- No importa Dani... No pasa nada...
- Si que pasa Anna, me enteré de que estabas embarazada y yo... Yo no sabía como reaccionar, no sabía que hacer, sabía que dejarte no nos iba a hacer bien a ninguno de los dos, empecé a distanciarme y al final.. Por mi culpa hemos perdido algo precioso, algo que nos uniría para siempre...
- ¿Cómo que perdido?
- Anna... Has abortado...
Y ahí me derrumbo, él me abraza, yo le abrazo, se que está arrepentido, que es humano y puede cometer errores, no estoy enfadada con él, en parte me alegro que todo esto haya pasado y que vuelva a ser el chico del que me enamoré, pero me va a costar salir de esto... Al menos le tengo a él, y podemos volver a intentarlo más adelante.

Dedicado a mis pesadas Dannas del grupo de whatsapp que llevan todo el día acosándome para que lo suba, especialmente a Norma. Perdona que sea flojillo pero no tengo inspiración para más :(

sábado, 2 de marzo de 2013

Relato 5: Wedding.

Me miro al espejo, ya estoy lista, bueno, en realidad solo estoy lista por fuera, por dentro estoy hecha un flan, ha llegado el gran día, el día en que voy a dar el ''si quiero'' al hombre que amo, a Daniel, mi gran apoyo, mi novio ahora, mi marido en un par de horas, pero... ¿Y si dice que no? ¿Y si digo yo que no? ¿Y si no se presenta? ¿Y si...?
-Hija... -mi madre interrumpe mis pensamientos, cosa que le agradezco, no soy capaz de pensar nada bueno-.
-Dime mamá
-Estás preciosa
Me mira con un brillo especial en los ojos, va a llorar, como llore voy yo detrás y me acabo de maquillar, la miro, le tiembla el labio inferior, se está aguantando, me coge los brazos, me mira de arriba a abajo, creo que está tan sorprendida como yo de que haya llegado este día, me miro de reojo al espejo, pelo recogido en un moño, un par de mechones a cada lado de la cara, el vestido blanco de palabra de honor hasta los pies, el velo... Madre mía, estoy deseando ver como va Daniel...
-¿Estás nerviosa? -me pregunta-.
- Mucho mamá, quiero que todo salga perfecto
- Saldrá perfecto, y ya verás lo guapo que va Dani
- ¿Le has visto?
- Si, tuve que pasar a coger las planchas para hacerte los rizos a los lados y le vi ya vestido, pero no voy a decirte nada que eso es una sorpresa -nos reímos, de repente ella para y me mira a los ojos directamente- estoy muy orgullosa de ti hija, nunca pensé que te vería casándote con el hombre que amas, ya solo me falta que me deis nietos
- Tiempo al tiempo mamá, todo vendrá cuando tenga que venir, pero si tienes nietos tranquila que te dará tiempo a conocerlos -sonrío emocionada-.
Me abraza, se que está llorando pero prefiero no pensarlo para no llorar yo también, tengo que estar perfecta para cuando llegue a la iglesia y esté Dani esperándome. Tengo un nudo de nervios en la barriga que no puedo comer, hoy ni si quiera he desayunado, me veo incapaz, quiero verle ya, quiero que pase ya este día, quiero estar a solas con él y querernos en la intimidad de nuestra nueva casa, la cual estrenaremos hoy, aun no nos hemos quedado allí ninguna noche ni nada.
Me pongo los tacones y miro el reloj, las 16;30, en media hora tengo que estar allí, mis nervios aumentan considerablemente, no puedo aguantar más, necesito verle. Mi madre me coge de la mano y me da un último abrazo, intento no llorar, lo consigo, no se como. Bajamos abajo y me subo al coche, a las 17:00 en punto paramos en la puerta de la iglesia, están todos dentro, madre mía, odio ser el centro de atención, pero es lo que me toca. Bajo del coche con cuidado, mi madre comprueba que estoy perfecta y entra corriendo dentro, dejándome sola fuera con mi padre, me mira y sonríe, sonrío yo también y no nos hace decir nada, nos abrazamos bien fuerte y me coge dispuesto a acompañarme hasta la puerta, en cuanto se abran las puertas le veré, en el altar, esperándome, vestido de traje... Respiro hondo y echo a andar, despacio, lentamente las puertas se abren, todos los ojos están fijos en mi, creo que quiero vomitar, no, no, tengo que relajarme, alzo la vista, al altar, al verle ahí, esperándome, se me humedecen los ojos, no puedo evitar que se me escapen un par de lágrimas, me mira, se queda boquiabierto y yo me sonrojo, ahora mismo me da igual las personas que me estén mirando, solo tengo ojos para él, me acerco poco a poco hasta él, trago saliva, en escasa media hora ya seremos marido y mujer. Conforme me voy acercando me doy cuenta de que está llorando, Dani, mi Dani, llorando... No puedo con eso, sin darme cuenta yo también estoy llorando, la emoción y la acumulación de sentimientos ahora mismo en mi es máxima, tengo ganas de gritarle al mundo que estoy enamorada del hombre más imperfecto sobre la faz de la tierra.
Llego hasta él, al fin, nos miramos a los ojos, me coge la mano y entrelaza sus dedos con los míos, me la aprieta, transmitiéndome seguridad, sonrío, me sonríe y empieza la ceremonia.
Solo falta él, he dicho el ''si quiero'' sin si quiera titubear, sin pensármelo un segundo, ahora le toca a él, el cura ha terminado de hablar, le miro, no me mira, mira al suelo, sonríe ampliamente mira al cura y pronuncia un alto y claro ''si quiero''. El cura sonríe y pronuncia esa frase que dice ''ya puedes besar a la novia'', tras colocarnos las alianzas, le miro a los ojos, trago saliva, este no va a ser ''un beso'', va a ser ''el beso'', el beso que nos unirá para siempre, o eso espero.
Coge mi cara entre sus manos y sin pensárselo una milésima de segundo pega sus labios a los míos, cierro los ojos, llorando, me empiezan a caer todas las lágrimas que tenía aguantadas, se queda algunos segundos más así, besándome, parece que no acaba nunca, entonces se separa, estamos ajenos a todo, me quita las lágrimas de los ojos.
- Te amo Anna Simon
- Y yo a ti Daniel
Sonreímos y me abraza, nos giramos y ahora toca llorar con mi madre y mi hermana, están igual de emocionadas que yo, la madre de Dani aparece, me abraza, está llorando, todos estamos llorando, nos hacemos las típicas fotos dentro de la iglesia y luego salen todos. Esperamos un poco mientras firmamos unos papales y salimos en seguida, nos empieza a llover arroz, genial, voy a estar una semana entera sacándomelo del pelo. Me escondo en el pecho de Dani, que me abraza con fuerza riéndose, intentando protegerme, vamos todo lo rápido que podemos al coche, al fin solos, necesitaba mucho esto. Le miro y sonrío, no aguanto más y le beso lentamente, buscando su lengua con ansias, desde anoche sin vernos y el beso de la iglesia me ha sabido a poco, me siento de lado en su regazo, le necesitaba. No puedo evitar llorar mientras le beso, estoy en una nube ahora mismo, el mejor día de mi vida acaba de comenzar. Se separa y me mira con atención.
- Ya eres mi mujer...
- Y tú mi marido -sonrío-.
- No te haces a la idea de las ganas que tenía de esto, pero lo mejor va a ser la noche de bodas -se ríe y a pesar de que intento que no termino riéndome con él-.
- Siempre pensando en lo mismo... Pero bueno, esta noche supongo que es lo que toca...
- Si -sonríe- Te amo...
- Y yo te amo a ti
Vamos así todo el camino hasta el restaurante, besándonos, dándonos mimos en general, no puedo ser más feliz, le siento un poco más mío después de esto. Nos pasamos la tarde yendo a sitios de León, si, nos hemos casado en León, haciéndonos las típicas fotos de recién casados y sobre las 21:30 vamos al restaurante, allí todos nos reciben con aplausos, más felicitaciones, algún regalo inesperado, no tardamos en sentarnos a cenar. Dani está muy animado, hablando con todos, haciendo gracias mientras que yo solo puedo estar pendiente de él, me asombra que ya sea oficialmente mío, aun que creo que siempre, de una forma u otra ha sido mío. Empiezo a integrarme y a hablar con todos, me lo estoy pasando muy bien, si lo llego a saber me caso antes.
Partimos la tarta, nos ponen un vídeo, yo lloro más aún, nos traen más regalos, Dani y yo tenemos un momento a solas muy romántico en el porche, me promete amor eterno... Yo vuelvo a llorar, hoy me voy a deshidratar. Entramos dentro otra vez, no abrimos la pista de baile porque a Dani le da mucha vergüenza y
se que lo pasa fatal en momentos así, todos bailan, Dani y yo bebemos muy poco, yo porque no me gusta, y él supongo que por la noche que quiere que pasemos, en ese momento me acuerdo de que esta es nuestra noche de bodas y vuelven los nervios a mi ¿le gustará lo que le he preparado? Espero que si, madre mía.
Son casi las 5 de la mañana, se están yendo los últimos invitados y Dani y yo vamos de camino al coche, en cuanto subimos mi cuerpo queda completamente relajado, la música, el barullo de gente, todo lo desagradable ha desaparecido, que alivio, al fin somos solo él y yo. Dani va todo el camino contándome los regalos tontos que le han hecho sus amigos, le han regalado un tanga de leopardo.
-Pues a ver cuando te lo pones -me río-.
- Esta noche no porque algo me dice que vas a ser tú la que se va a poner muy sexy...
Me río con timidez y me miro las manos, jugando nerviosa con mis dedos, le oigo reírse, noto algo de nerviosismo, menos mal que no soy la única nerviosa, supongo que estará impaciente por ver mi modelito para esta noche.
Al fin en casa, primera noche en la casa nueva, aparcamos en el garaje y entramos, Dani va descargando todo lo del coche, está en la cocina cuando yo entro, me acerco a él, a su oído, parar susurrarle:
- Cuando termines espérame en la cama...
Y conforme se lo digo subo al piso de arriba y me meto en el aseo. Me voy deshaciendo el peinado, si no llevo 50 horquillas no llevo ninguna, termino y ya solo me queda quitarme el vestido, no tardo mucho. Saco una bolsa que tenía escondida detrás de todas mis cremas, ahí tengo escondido el pikardías, lo saco, negro y con transparencias, Dani se va a volver loco, le oigo subir la escalera, oigo como se quita el cinturón y lo deja caer al suelo y la hebilla golpea con el suelo de madera, suspiro nerviosa y me empiezo a poner el pikardías, espero que le guste.
- Anna, ¿estás ya?
-¿Estás tú en la cama?
- En la cama y ya listo para todo
Sonrío negando con la cabeza, no tiene remedio. Respiro hondo y abro la puerta despacio, me asomo y espero su reacción, me da un buen repaso en cuanto me ve, está alucinado. Me muerdo el labio y juego con uno de los mechones de mi pelo despeinado.
- ¿Te gusta?
- ¿Que si me gusta? Ven aquí anda ven aquí
Resopla y se rasca la nuca, está nervioso, me río tímida y me acerco a él muy despacio, contorneándome de la manera más sensual que puedo, se me seca la boca, me estoy excitando, cada vez más conforme se hace más corta la distancia, es la primera vez que me pongo uno de estos. Llego al borde de la cama, él solo lleva los boxers, pero antes de sentarme me encargo de que ya no los lleve, tiro de ellos hasta sacarlos por sus pies y los tiro al suelo, me siento encima suya, me pongo cómoda y empezamos a besarnos. Empieza a acariciarme todo el cuerpo, deseando quitármelo todo, y le dejo, le dejo que me desnude, juega con mi cuerpo como quiere, excitándome, provocándome... Y me hace suya una vez más, de una forma dulce, y conforme va pasando la noche cada vez de una forma más salvaje. Cuando los rayos del sol nos indican que está amaneciendo paramos tras amarnos una última vez, estoy muy cansada y entre sus ''te amo'' y sus ''te quiero'' me duermo entre sus brazos. Finalizando así el día de nuestra boda.

Sugerencias :)

Bien, hago esta entrada para que pongáis ideas, sugerencias, si queréis algún relato en especial... Me explicáis un poco como lo queréis en un comentario y cuando tenga un ratito lo escribo y lo publico :)
 xx

Relato 4. NY.

-Lucas no corras...
-¡Vale mamá!
Sonrío mirándole, parece un muñeco con el abrigo que lleva, está jugando con la nieve, me tiene enamorada, incluso más que su padre, y eso ya es decir. No tardo en notarle detrás de mi, abrazándome, atando sus manos en mi tripa, pongo las mías encima, entrelazando nuestros dedos, rozando nuestras alianzas, sonrío. Apoya la cabeza en mi hombro, se queda así un par de minutos, sin decir nada, mirando a nuestro hijo que ayer cumplió cuatro años. Le hemos traído a Nueva York a petición de su padre y está encantado, es como Dani, y pensar que mañana tendré que tragarme un partido de baloncesto...
Noto su aliento en mi nuca y seguidamente los dientes, me estremezco y sonrío, me retuerzo entre sus brazos y quedo de frente a él, me sonríe y me da un beso en la punta de la nariz.
-¿Vamos a ir a patinar? -me pregunta-.
- No lo se... Depende de si tu hijo está muy cansado, por mi vale, y si no, pues nos quedamos en el hotel...
Me muerdo el labio inferior y le rodeo el cuello con los brazos, sus manos bajan despacio por mi cintura y me termina agarrando el culo, pegándome a él.
-Espero que esté cansado
-¿Siempre tienes que pensar en lo mismo?
-Oye, que es por una buena causa, habrá que darle un hermano...
Me quedo mirándole embobada a los ojos, la verdad es que nunca me lo había planteado... De todas formas este no es lugar para hablar de tener otro hijo...
-Tonto... No te emociones, vamos a ver una película...
-¿Qué? Si, que te has creído tú eso...
-No tengo ganas... -le digo para picarle-.
-Ya veremos si cuando lleguemos tienes ganas o no
-Me voy a meter en la cama a sobar en cuanto lleguemos
-Pues te despierto
-Anda calla ya tonto
Me río y me giro buscando a nuestro hijo con la mirada, está tirándose por el tobogán, nos saluda con la mano enérgicamente y sonríe, se tira y viene corriendo a nosotros.
-Mamá quiero merendar
-¿Tienes hambre?
-Si -asiente con la cabeza al mismo tiempo-.
-Pues vamos -le cojo en brazos- ¿Qué quieres merendar?
-Donuts, y chocolate calentito
-¿Te parece bien papi? -miro a Dani sonriendo-
-Me parece perfecto -contesta él revolviéndole el pelo a Lucas-.
Me pasa el brazo por encima de los hombros y dejo a Lucas en el suelo, andamos por las calles de Nueva York buscando un sitio acogedor donde vendan donuts y chocolate caliente. Encontramos uno y nos metemos ahí, Lucas está muy emocionado con todo lo que hacemos, es su primer viaje, supongo que es normal.
-Uhm... Que bien huele -suelta Dani frotándose la tripa con la mano libre-.
Nos sentamos en una mesa pegada a la ventana, Lucas está ansioso por comer y así se lo hace saber a su padre que se sienta a su lado y no para de repetírselo.
- Papi, papi, papi, pide los donuts venga
-Ya hijo ya, tranquilo
Se ríe, le coge en brazos y le sienta encima suya, abre la carta y se ponen a verla.
-Papi, yo quiero este -le señala uno en la carta-.
-Joder hijo el que más chocolate lleva, te vas a poner como la tita -se refiere a mi hermana, que está embarazada, otra vez-.
-¡Pues no!
Me río y Dani le empieza a hacer cosquillas, son adorables, Lucas no para de reírse e intenta pegar a su padre para que pare. Llega el camarero y carraspea.
-Parad ya anda...-sonrío-.
Me giro hacia el camarero y pido yo, el inglés de Dani es bastante malo. El camarero se lleva la carta y yo miro por la ventana, esto es precioso. Me da por pensar en todo lo que ha pasado en mi vida, en lo feliz que soy con Dani y en lo enamorada que estoy de él...
-Cariño... -me saca de mis pensamientos-.
-Dime amor -ya nos estamos poniendo melosos-.
-El peque dice que después quiere irse al hotel a ver una película, y ya mañana temprano a patinar...
-Perfecto, mis ganas de patinar son nulas
-Pues para el hotel que nos vamos
-No sabes tú ni nada... -me río-.
-Te mueres de ganas de llegar al hotel..
-No te creas ¿eh?
------------------------------------------------------------------------------------------
Al fin llegamos al hotel, hoy hemos ido andando a todos sitios, nada más entrar tiro los tacones a un lado y veo como Lucas va corriendo desde la puerta al sofá, se quita los zapatos y se sienta.
-Enciende papi
-Voy
Dejo a Dani poniéndole la tele. Me quito el chaquetón y me tumbo en la cama, no hay puerta en la habitación por lo que les veo desde ahí, me acomodo y veo que Dani viene a la cama.
-Bueno... Al fin solos...
-De solos nada que Lucas está ahí
-Pero no se va a enterar
-Ni se te ocurra ¿eh?
Se quita la camiseta y los pantalones, es increíble como consigue ponerme nerviosa después de tanto tiempo. Me muerdo el labio, quiero hacerlo pero no quiero estando Lucas despierto.
-Venga cuqui que es para darle un hermano a Lucas -me sonríe-.
-¿Pero tú estás seguro que quieres otro hijo?
-Pues claro, quiero otro y todos los que vengan
Suspiro, la verdad es que a mi no me importaría darle un hermanito a Lucas... Miro a Dani, que mira a Lucas y al ver que está embobado con los dibujos se baja los boxers dejándome ver las ganas que tiene de ''darle un hermano''.
-Desnúdate -me dice-.
Y yo claro, pues como me muero de ganas, le hago caso, no puedo hacer otra cosa. Me desnudo bajo las sábanas para que no me vea, mientras él se acaricia, preparándose para lo que viene ahora, sonriéndome tan tranquilo y yo toda sonrojada, me sigue dando vergüenza después de seis años juntos... No tarda en meterse bajo las sábanas nada más ver que me he quitado las bragas, se coloca encima mía abriéndome las piernas.
-No hagas ruido que Lucas no es sordo -se ríe-.
-Anda cállate
-Toma muerde esto
Saca unos calcetines de la mesilla y me los mete en la boca, parecerá exagerado, pero con él yo diría que esto es poco para evitar que se me oiga. Empieza, y yo me agarro a las sábanas de la cama, estirándolas, suspirando... Él se mueve como me gusta, conoce cada uno de los rincones de mi cuerpo, cada vez soy más sensible a sus caricias, a sus labios, cada vez me hace sentir más, y más. Está concentrado, quiere hacerlo bien, muy bien, me tiene cogida por la cintura para que no me mueva, el único que se mueve es él, entrando y saliendo de mi cuerpo, sabe perfectamente como tiene que hacerlo para hacerme disfrutar, sabe cada movimiento que tiene que hacer y en el momento exacto que hacerlo, aprieto los dientes mordiendo con fuerza los calcetines, ahogando ahí mis gritos de placer, saco las sábanas de su sitio, le oigo jadear, cuando me quiero dar cuenta estamos empapados en sudor, cada vez se desliza con más facilidad encima de mi, no aguanto más, llego al clímax, cerrando los ojos con fuerza y emitiendo un gemido brutalmente frenado por los calcetines en mi boca, no para, él aun no ha terminado, y le dejo, le dejo hacer con mi cuerpo lo que quiera, yo ya soy suya para siempre, cada vez que hacemos el amor siento que esto es eterno, que lo nuestro nunca va a terminar. Al fin consigue satisfacerse, a gusto, moviéndose muy despacio hasta terminar, cae rendido, sudando, a mi lado, me mira a los ojos, yo cierro los míos y tras un último suspiro y quitarme los calcetines de la boca me quedo dormida, ha sido impresionante...

Relato 3: Noche de pasión.

Noto sus cálidos labios pegados a mi piel, recorriendo mi cuello en totalidad. Yo, con los ojos cerrados y sumida en este perfecto momento. Él, concentrado en cada milímentro de mi cuerpo, esforzándose por hacerme disfrutar como nunca antes ningún otro lo había hecho. Me tiene contra la pared, apoyo la cabeza en ésta y rodeo su cuello con los brazos. Suspiro. Noto como la falda resbala por mis piernas y termina en mis pies, saco uno, y con la ayuda del otro lanzo la falda a un lado. Su mano derecha resbala por mi piel hasta llegar al borde de mis bragas, agarra la goma elástica de éstas y se dedica a jugar con sus dedos estirándolo. Me hace estremecer y temblar, creo que lo nota, porque sonríe con los labios pegados a mi cuello y resopla ahí, dejándome a mi sin aliento, un escalofrío me recorre desde la cabeza hasta la punta de los pies. Hundo los dedos entre su pelo, suave y corto, suspirando al notar como se pega más a mi.
Bajo la mano lentamente y le desabrocho el cinturón, seguidamente el botón y tras este la cremallera, agarro el pantalón y tiro de él hacia abajo, hasta las rodillas caen solos al suelo, se agacha y se los quita, aprovechando tambien se quita los calcetines.
Al levantarse de nuevo pone una mano a cada lado de mi cintura y me empuja hacia atrás, haciéndome caer a la cama, ambos nos reimos y me echo hacia atrás, sentándome con la espalda apoyada en el cabecero, fexiono las piernas, pegando la planta de los pies al colchón, y las separo un poco. Le sonrío con picardia, le oigo resoplar y me río. Niega con la cabeza, me coge los tobillos y me tira hacia abajo tumbándome y colocándose entre mis piernas, lo que me provoca temblar y suspirar. Pasa los brazos por mi cintura y poco a poco los sube por mi espalda hasta llegar al enganche de mi sujetador, el cual desabrocha, liberándome de la presión que ejerce en mi cuerpo, despacio saca los tirantes por mis brazos y lo deja a un lado para que no le moleste, vuelve rápidamente a las andadas, desliza mi última prenda por mis piernas y se deshace de ella. Yo suspiro, no puedo hacer nada más, está a punto de hacerme suya. Se levanta, dejándome completamente desnuda, estirada y con las piernas abiertas en la cama. ¿A dónde va ahora?
Abre un cajón de la mesilla y saca una caja de condones, coge uno, rasga el envoltorio y lo saca, dejando caer el plástico dorado al suelo, mete los pulgares en sus boxers, agarrándolos por el elástico y tira de ellos hacia abajo, liberando su erección, yo gimo al verle y llevo una de mis manos a mi clítoris, acariciándome despacio. Agarra su miembro y se pone el condón despacio, no tiene prisa, me desespera, me estoy muriendo de ganas de sentirle dentro de mi... Ve que me estoy tocando y niega con la cabeza, me agarra ambas manos y se pone de rodillas entre mis piernas, me mira con gesto de desaprobación, negando de nuevo con la cabeza. Sujeta mis muñecas con una sola mano por encima de mi cabeza, coge su miembro con la otra y despacio se frota contra mi sexo, provocándome el mayor de los placeres. Hace que me retuerza debajo de él, arqueando la espalda, cerrando los ojos, gimiendo ante el contacto... Poco a poco le noto, penetrándome, me muerdo el labio inferior ahogando un gemido, los músculos de mi vientre se contraen, me encanta, me hace sentir bien... Me coge por la cintura con una mano, la otra aún la tiene ocupada agarrándome por las muñecas, empieza a moverse, muy despacio, haciendo que su miembro me llene por completo para luego volver a salir, y así, me hace estremecerme. Suspiro intensamente, él me penetra con vehemencia, cogiendo el ritmo, intento deshacerme de su mano cerrada sobre mis muñecas pero tiene más fuerza que yo, el no poder tocarle y moverme como yo quiera me hace desearle más...
No tarda mucho en hacerme tocar el cielo, susurrando mi nombre en mi oído, notando como se vacía en mi interior a pesar de llevar el condón puesto, yo hago lo mismo, me libero al mismo tiempo, dejando salir toda la tensión acumulada, y así, termina esta perfecta noche de pasión, una más de todas las que me esperan con él...